En este artículo hablaré de una historia poco conocida, como es la existencia de algunos presidentes de la Generalitat de Catalunya vinculados a Tarragona. En unos casos porque nacieron, murieron o ejercieron cargos de importancia, como arzobispos de la diócesis primada, canónigos de la sede, priores o pavordes. Todos ellos, como puede verse, pertenecientes al estamento eclesiástico, el de rango superior entre los diputados y consejeros de la institución.
Gonzalo Fernández de Heredia Bardagí (1504-1506)
Nacido hacia 1450 en Móra de Rubiols, en el seno de una familia de la nobleza aragonesa, en 1478, durante unos meses fue el enfermero de la sede tarraconense con el arzobispo Pere d'Urrea, hasta que accedió al obispado de Segorbe y, el 8 de junio de 1479, en el de Barcelona, mediante un procurador, Dídac de Avellaneda, obispo de Mallorca, ya que él estaba en Roma. En la capital catalana sucedió a Rodrigo de Borja, futuro papa Alejandro VI, etapa en la que se introdujo la Inquisición en Cataluña, con Tomás de Torquemada como inquisidor general, recordado por su crueldad en el trato dispensado a los detenidos. Fernández de Heredia también era beneficiado de la villa de Porreres, en Mallorca. El 22 de septiembre de 1490, víspera de Santa Tecla, también a través de un procurador, Pere Vinyes, pasó al frente de la sede metropolitana de Tarragona, administrada, de hecho, por Llorenç Pérez de Heredia, futuro obispo auxiliar suyo, ya que, como tantos prelados en la época, el nuevo arzobispo no residía en su diócesis, sino que seguía viviendo en Roma, en calidad de embajador de la corona de Aragón, ejerciendo funciones diplomáticas para el rey Fernando II, con viajes frecuentados en Nápoles. Fue guardián de palacio durante el cónclave de 1492 en el que se escogió papa Alejandro VI, quien le nombró gobernador de Roma. En 1500, Fernández de Heredia dejó la ciudad santa para establecerse en su diócesis el 21 de septiembre y se instaló en el monasterio de Escornalbou con un acompañamiento migrado, no sólo para reducir los gastos de su estancia y mejorar su salud dañada, sino también por continuar en un comportamiento de discreción y ausencia de notoriedad, tan característicos de la diplomacia que él practicaba. El 22 de abril de 1504, en sustitución del canónigo barcelonés Ferrer Nicolau de Gualbes, escogido el año antes y fallecido el primero de marzo, juró el cargo de presidente de la Generalidad que ostentó hasta 1506. Haga donación del magnífico tapiz conocido como La buena vida en la sede tarraconense y mandó construir la puerta principal de la fachada de la catedral, a cuyo pie es enterrado. La sepultura, cubierta con una plancha de bronce como las puertas de la catedral, era obra del fundidor Dionís Vergonyós, y en 1930 fue llevada al Museo Diocesano, después de tantos siglos de estropearse por el paso incesante de los visitantes de la sede y fue sustituida por una lápida de piedra de Santa Tecla. En los últimos tiempos se había retirado en La Selva del Camp y en Valls, donde murió el 21 de noviembre de 1511, el mismo año que la campana la Capona hacía sonar el badajo por primera vez.
Luis de Cardona y Enríquez (1524-1527)
Nacido en 1488, probablemente en el castillo de Arbeca, propiedad de la familia Cardona, era hijo de Aldonça Enríquez, señora de Elche y de Crevillent, y de Joan Ramon Folc, primer duque de Cardona. Su hermano Enric fue obispo de Barcelona y arzobispo de Monreale (Sicilia), el otro hermano, Antoni, virrey de Cerdeña y la hermana, Maria, abadesa de Pedralbes. Era sobrino del arzobispo de Tarragona y presidente de la Generalitat Pere Folc de Cardona y fue también abad de Santa Maria de Solsona. En 1529 fue nombrado, definitivamente, obispo de Barcelona después de enfrentamientos entre el rey Carlos V y el papa Clemente VII que prefería el italiano Silvio Passarino. Fue consejero real y, brevemente, arzobispo de Tarragona (1531-1532), cargo donde sucedió su tío Pedro de Cardona y al que accedió por procuración el 22 de abril, aunque la entrada en la ciudad no la hizo hasta al 12 de mayo.
Francisco de Solsona (1527-1530)
Se desconoce la fecha y lugar de nacimiento y defunción del clérigo Francisco de Solsona, canónigo de Lleida, de Barcelona y también de Tarragona, hijo de Juan de Solsona, doncell de Barcelona, que tenía el Esperó d'Or concedido por el emperador Carlos V. Siendo canónigo en la capital catalana ejerció de procurador del obispo de Barcelona, Joan de Cardona. Accedió a la presidencia de la Generalitat el 22 de julio, día de Santa Magdalena, fecha tradicional de renovación de cargos en la institución. Su mandato se vio salpicado por numerosos casos de corrupción entre los oficiales de la Generalitat responsables de la recaudación de contribuciones y, como ya era habitual, por los enfrentamientos entre la Generalitat y los funcionarios de la Inquisición en Catalunya. Acabando su mandato, la peste que asolaba Cataluña obligó a los diputados a abandonar Barcelona y trasladarse, de forma provisional, a Manresa.
Onofre de Copons y de Vilafranca (1551-1552)
Era hijo de Berenguer de Copons, señor de Copons y de Llor, y de Lluïsa de Vilafranca, hija de los señores del castillo de Montblanc, y sobrino de Hugo de Copons, caballero de la orden de San Juan, defensor de la isla de Rodas durante el ataque de 1552. Otro tío suyo era el inquisidor del Principado de Cataluña Lluís de Copons. Canónigo de la sede primada durante muchos años (1515-1552) y procurador del arzobispo de Tarragona Pedro de Cardona, fue elegido presidente de la Generalitat en 1551, pero estuvo poco tiempo en el cargo ya que murió, prematuramente, el 9 de febrero de 1552. Gracias a una disposición suya, en la que ordenaba la realización de un fogaje general, se conoce el número de habitantes de Cataluña a mediados del siglo XVI: 75.384 fuegos o hogares habitados y unos 280.000 habitantes, unos diecisiete mil de los cuales eran eclesiásticos.
Ferran de Lloaces y Peres (1559-1560)
Hijo del médico Rodrigo de Lloaces y de Isabel Peres, nació en 1497 en Orihuela (Baix Segura) y se doctoró en derecho civil y en derecho canónico, con estudios en las universidades de París, Pavía y Bolonia. Se opuso al movimiento popular de las hermanías y fue embajador del emperador, fiscal del Santo Oficio en Valencia e inquisidor del Tribunal de Barcelona, ciudad en la que trabó amistad con Francisco de Borja, entonces virrey de Cataluña. Habiendo permanecido viudo sin sucesión, en 1542 fue nombrado obispo de Elna (Rosellón), pero como era seglar, el día antes de acceder a la mitra norcatalana recibió de repente todas las órdenes preceptivas. Al año siguiente se convirtió en obispo de Lleida, donde estuvo diez años, asistió al concilio de Trento y al final pasó a dirigir la diócesis de Tortosa donde apoyó la iniciativa de los dominicos para la fundación de los Reales Col. pero se opuso a la obra de la nueva catedral, actitud que le valió reproches de Cristóbal Despuig. Asumió el cargo de arzobispo de Tarragona durante siete años (1560-1567), desde donde pasó ocho meses en Valencia como nuevo arzobispo, hasta su muerte en esta ciudad el 29 de febrero de 1568. Antes, en 1566 , había sido nombrado patriarca de Antioquia y, más adelante, cardenal in pectore. El 26 de noviembre de 1559 fue elegido presidente de la Generalitat, institución donde sustituyó al titular Pere Àngel Ferrer, abad de Sant Cugat del Vallès, fallecido una semana antes. En Orihuela fundó el prestigioso Colegio de Sant Domènec, donde fue enterrado, y su biblioteca que, en la actualidad, lleva su nombre y fue el principal defensor de la creación de la diócesis de Orihuela nacida, oficialmente, por bula del papa Pío IV el 14 de julio de 1564. Hasta el siglo XVIII el catalán se mantuvo como lengua popular y de los archivos.
Rafael de Oms (1581-1584)
Hijo de Miquel d'Oms, ciudadano honrado de Barcelona, nació en 1543. Fue canónigo y arcediano mayor de Tarragona, con poder de ejercer jurisdicción, en la diócesis, en nombre del obispo. En marzo de 1578 recibió el encargo de la Generalidad de dirigir las obras de construcción de la Casa del General en Tarragona y poco después fue diputado local por Tarragona, antes de que el cargo fuera vedado a los miembros del estamento eclesiástico. Elegido presidente de la Generalitat en 1581, promovió una campaña contra la deuda y contra el fraude, ante el descontrol de los ingresos territoriales, y se enfrentó al escandaloso absentismo laboral de los funcionarios barceloneses de la institución, regulando horarios, condiciones de trabajo y procedimientos de actuación de todas las delegaciones territoriales de la Generalidad. Acabado el trienio de su presidencia, fue síndic del Capítulo tarraconense en las cortes de Monzón, en 1585. Murió en Barcelona, en 1599.
Girolamo de Oria, el presidente que no quería serlo
El caso más singular es el del cardenal Girolamo de Oria, sobrino del famoso almirante genovés Andrea de Oria. Nombrado arzobispo de Tarragona en 1533 y hasta 1558, nunca puso sus pies en Tarragona. En 1539 no tomó posesión del puesto de diputado eclesiástico que le convertía en presidente de la Generalitat y lo mismo ocurrió en 1557
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