sábado, 24 de febrero de 2024

Tercera guerra carlista



La tercera guerra carlista se desarrolla en España entre 1872 y 1876, entre los partidarios de Carlos, duque de Madrid, pretendiente carlista con el nombre de Carlos VII, frente a los gobiernos del Sexenio (Amadeo I, de la I República) y de Alfonso XII. Esta guerra civil se desarrolló sobre todo en las Provincias Vascongadas, Navarra y Cataluña. También se alzaron algunas partidas poco activas por Andalucía, así como el resto del territorio peninsular, especialmente en áreas montañosas Causas La Revolución Gloriosa de 1868, que había obligado a Isabel II a abdicar. Se instauró entonces en España un régimen democrático liderado por el rey Amadeo de Saboya. Muchos moderados contrarios a este gobierno, creyeron en don Carlos como una opción al anticlericalismo incipiente, que empezaba a preocupar a los sectores más católicos. Buena parte de estos conservadores se pasaron al bando carlista, que se convirtió en 1871 en la tercera fuerza más votada en el parlamento. En 1872 las elecciones les hacen perder a los Carlistas trece escaños en medio de acusaciones de fraude que les hace sentir que la vía democrática no era suficiente, y solo un nuevo alzamiento haría recalar a don Carlos en el trono. 

El levantamiento se produce y rápidamente las partidas carlistas son derrotadas por el ejército gubernamental resistiendo solo en algunos focos de Cataluña. En 1873 la proclamación de la I República y los conflictos políticos internos, el movimiento insurreccional cantonalista y la guerra de Cuba permiten al carlismo aumentar su capacidad de resistencia bajo forma de partidas en Aragón, Valencia y Cataluña, llegándose a fijar la capital en Estella, formando Don Carlos un gobierno con carteras ministeriales. En 1874 El golpe de Pavía y el inicio de la República Ducal de Serrano permitieron algunos éxitos gubernamentales como la liberación del sitio de Bilbao aunque se fracasó ante la conquista de Estella y que se mantuvieran partidas carlistas en zonas del interior de España como Extremadura, Ciudad Real, En 1875 El inicio del reinado de Alfonso XII llevó a Cánovas a negociar con don Carlos el matrimonio del rey Alfonso con la hija del pretendiente zanjando la cuestión dinástica pero dichas negociaciones fracasaron. Se inició una serie de operaciones militares contra Álava y Cataluña a cargo de un reforzado ejército realista, que acabo controlando el territorio ocupando una de las plazas fuertes del carlismo catalán, Seo de Urgell. En 1876 se inicia el asalto de las posiciones navarras conquistándose la capital Estella en febrero de 1876 saliendo Don Carlos al exilio poniéndose fin a la guerra. Consecuencias Para las provincias vascongadas y Navarra, el final de esta guerra supuso la definitiva desaparición de parte de los fueros, El fin del gobierno foral en el País Vasco hizo que el gobierno de Antonio Cánovas pactase el llamado Primer acuerdo económico vasco, en el que se seguía dando cierta libertad económica a esta región, permitiendo a las autoridades locales recaudar ellos mismos los impuestos. Estos cambios políticos dieron lugar a un gran crecimiento económico e industrial del País Vasco, que se convirtió en una de las regiones más avanzadas e industrializadas del país. Por otra parte, la derrota y posterior supresión de los fueros aumentó el sentimiento fuerista vasco, dando lugar años después a la creación del Partido Nacionalista Vasco en 1895 por Sabino Arana, que defendería las ideas católicas del carlismo y, de manera independiente de este movimiento, que propugnaba el regionalismo, pasaría a defender el nacionalismo. Desde la óptica gubernamental, la victoria legitimó aún más el gobierno de la Restauración, que zanjo la cuestión dinástica. Por otro lado se respetó con honores a todos los condecorados por el otro bando y dejó establecidos como nobles del reino a todos los nobles que su rival había ennoblecido. La tercera guerra civil del siglo XIX acabó con un asimilamiento del bando perdedor sin hacer agravios al vencido intentando incorporar al carlismo dentro del juego político.

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