lunes, 6 de mayo de 2019

Capitalismo


La propiedad, la familia y la religión, caracterizan la vida social de los hombres en todos los países de civilización moderna. En realidad, el primer factor, "la propiedad" es el que domina, estando siempre subordinados a él los otros dos, la familia y la religión. La propiedad de las fuerzas productoras de la sociedad, es decir, la propiedad de los medios de existencia del género humano, decide la estructura de la sociedad.
Debido a ello, hemos visto, y vemos, a lo largo de los tiempos a la propiedad de los medios de producción y por consecuencia la de los mismos productos permanecer en manos de una pequeña minoría, y la gran masa de la población depender de esa minoría, continuando en la servidumbre, aunque sea bajo la forma del asalariado moderno.
La libre participación es la confirmación de la libertad del trabajo, tal cual esta libertad se concibe bajo el régimen individualista de la oferta y la demanda.
El hombre es libre para trabajar, para alquilarse, alquilar a otros o competir con ellos.
Pero ya se sabe; quien al entrar de lleno en la lucha por la conservación de la existencia carece de elementos ofensivos y defensivos, quien no dispone de más fortuna que la fuerza de.sus brazos, no puede competir con los que se hallan en posesión de la riqueza, y, más que un competidor libre, es un esclavo despreciado, vencido y humillado aun antes de luchar, dispuesto, por tanto, a aceptar resignado el yugo de la explotación.
Aquí, bajo el predominio capitalista, el obrero, vende sus servicios de trabajo para saciar sus necesidades de consumo y el patrono, provisto de grandes medios de vida, compra al obrero los servicios de trabajo con el fin de enriquecerse y de vivir holgado, sin trabajar.
Luego se ve claramente que no hay libertad de concurrencia, dada la desigualdad de medios con que cuentan los trabajadores, con respecto a los patronos económicamente considerados.
La libre competencia, desde luego no tiene, nada de libre, cuando resulta, que existen todos los timos, engaños, despojos y trampas legales que sirven de sustento al admirable orden social sobre que se levanta, soberano y omnipotente; el capitalismo

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