Hoy
es el porvenir de ayer. mañana será el porvenir de hoy. El que esperó ha
cambiado su
esperanza por
el infortunio; ¿de que sirve que
el iris de paz
brille en el cielo, si la nube, alzada
como un gigante, desgarra
la honda de
mil colores? ¿De que sirve que
las flores ostenten su lozanía en el jardín,
si su débil tallo es cortado por imprudencia o arrancado por
el viento? ¡Ah!
ni el iris de paz,
ni Ias flores del jardín:
ni el amor de una mujer
deben tener mañana ... El anciano recuerda su edad de fuerza, el hombre fuerte recuerda su
juventud, el
joven
recuerda su niñez, el niño recuerda el cielo. ¿Y porqué
el anciano, el hombre; el
joven y el niño se han de
acordar del ayer? ¿Porqué desechar las delicias del hoy? El niño no tiene cabello, el anciano tampoco;
el niño viene del cielo, el anciano va al cielo, el mundo es un sitio de tránsito, un valle de
esperanza; las horas se hacen días, los días se hacen años, los años se hacen siglos,
los
siglos siguen su carrera de destrucción. Los
templos que ayer
se elevaron, hoy se
derriban;
los teatros que.hoy se levanten, se derribarán mañana.... ¿De que sirve la
luz del día si en breve llegan las tinieblas
de la noche? ¿De que la apacible
brisa si
engendra la tempestad? Cuando en el misterio de la noche, a luz consoladora de la luna, descansando sobre lecho de rosas al
joven ardoroso, el viento le
trae el dulce sonido de una lira,
su corazón plegado de recuerdos, se agita fuertemente. y una voz virginal con versos de amor, se mezcla con el sonido mágico, hacen saltar a raudales sus lágrimas; su frente refleja la melancolía. Ayer
anidaba una esperanza, hoy solo un
recuerdo. ¿Porque no será eterno el amor de todo ser? No.gozar
con el gozo,
no vivir con la vida; ¿y porqué? Por que
tras la risa
viene el lloro,
tras del deleite la amargura,
tras de la esperanza
Ia desesperación. ¡Ah! ¿porqué
tiene tantos días la vida?.
¡si
tuviera solo un día, no habría ayer ni mañana!... Si la eternidad estuviese encadenada entre un día y una noche,
no habría dolor de ayer, ni temor al mañana.
La embriaguez hace olvidar, y si
la felicidad embriaga, ¿porqué
no ha de borrar del corazón lo que fue y de la memoria lo que ha de ser?
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