miércoles, 10 de mayo de 2017

Mercado municipal


Con el paso de los años todo cambia: mentalidad, sociedad y cultura. Así, si antaño el mercado fue el centro de la ciudad, donde se hacía la vida, un lugar para reunirse y avituallar a la vivienda de los productos necesarios para alimentarse, en nuestros días varios factores han influido para que haya perdido paulatinamente presencia en la ciudad. Por un lado, la incorporación de la mujer a la vida laboral hace que la señora que antes era ama de casa ahora tenga un trabajo que no le permite hacer la compra al mercado; por otro, los horarios que no permiten a la gente que trabaja por la mañana y tarde, o que solamente tiene libre la tarde, acercarse al mercado a comprar. A esto hay que añadirle la fuerte competencia de las grandes superficies, en los que existen mayores facilidades para llegar a ellos: estrategia comercial, muchos productos, comodidades como aparcamiento o compras online y gran amplitud de horarios. Y también hay que tener en cuenta: la crisis que hace caer las ventas. Es en esta encrucijada en la que se encuentran actualmente la mayoría de los mercados municipales.
En líneas generales, la situación que atraviesa el mercado municipal "es complicada desde hace mucho tiempo",  tienen que buscar alternativas y estrategias para intentar dinamizarlo y darle vida.
La mayoría de  mercados, tienen dificultades para competir, sobre todo "con otras superficies comerciales que son verdaderos monstruos". El formato del mercado tiene debilidades y fortalezas, destacando entre estas últimas el producto fresco, el trato directo con el consumidor, el conocimiento en el origen de los productos, siendo habitualmente local, lo que ayuda a generar riqueza en el sector . Aunque el mercado no puede pelear con las grandes superficies en secciones como lácteos o el gran consumo, sí que lo pueden hacer en frutas y verduras, carnes y pescados. La transparencia en lo que se vende es otra de las señas de identidad, el producto no viene envasado y uno puede comprar lo que solamente necesita.
No obstante, hay que reconocer que el formato se ha ido agotando y que hay muchos locales en las instalaciones que se han ido cerrando por la jubilación o aburrimiento de los titulares, siendo poco atractivos para nuevos empresarios que quieran invertir y apostar por estos negocios que denotan una caída en la facturación derivada de las crisis y la competencia. Aunque tengamos una gran calidad de productos, ya que los mejores productos se compran en los mercados, la gente sigue utilizando los supermercados, aún perdiendo calidad. Se necesita que la gente vuelva a probar, vuelva a recordar porque han perdido el uso del mercado. Por tanto, volver a recordar la tradición del mercado e incluso atraer a la gente nueva a que lo pruebe.
En segundo lugar, y seguramente la mayor causa de que este público joven tenga olvidado estos espacios comerciales son los horarios, de siete de la mañana a dos de la tarde, que solamente dan una posibilidad a la gente que trabaja hasta más allá de las tres de la tarde: madrugar para comprar o bien esperar al sábado para hacer la compra. 
Cambios necesarios para rejuvenecer a la clientela
Lo que está claro es que estos negocios necesitan publicidad, tienen que abrirse tanto a las nuevas tecnologías como a nuevas oportunidades de negocio que atraigan, por un lado a gente joven, pero por otro también a nuevos comerciantes.

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