lunes, 25 de febrero de 2019

Amor en primavera


En la primavera, la tierra se engalana en homenaje a nosotros. Juntan las flores sus tallos en besos de pétalos; cruzan sus ramas los árboles, en abrazos largos, el rio se desliza por su lecho, y las transparentes aguas susurran halagos al ser besadas por sauces y juncos; revolotean amorosos los pájaros y sus trinos, fluidos son cantos a la vida, al amor; el Sol se deshace en llamas abrasadoras; ráfagas voluptuosas atraviesan el cielo azul, surgiendo en los sentidos lúbricos deseos; besos y risas en orgía de faunos y ninfas surcan los aires, envueltos en perfumes intensos, embriagadores y la Naturaleza, toda, parece agitarse en espasmos de lujuria, en locura virginal. ¿No ha sentido tu cuerpo el renacimiento a la vida? ¿No se estremece tu carne al soplo de la brisa cargada de adormecedores perfumes? ¿No te agitas de deseo ante esta Naturaleza lujuriosa? ¿No? ¡Ah, si! ¿Verdad? Pues gocemos del amor y de la vida; aspiremos la voluptuosidad en todas sus sublimes manifestaciones; caigamos ebrios de caricias, en el mar de la dicha; rodemos unidos por la inmensidad del espacio; paguemos nuestro tributo al Amor, en abrazos locos, en dichas desconocidas; adoremos a Venus y a Afrodita en su templo de placeres, y pidámosle goces nuevos... ¡Sé mía, toda mía! quiero ver tus ojos azules, enigmáticos, cerrarse en el placer venturoso de tu cuerpo; quiero que tus labios rojos se unan a los míos y beber los dos el néctar de la pasión, en las húmedas bocas; que tus brazos se enlacen a mi cuerpo, para estrecharte fuerte, muy fuerte, como se estrechan las fieras en luchas encarnizadas. ¡Ven, no huyas! evocaremos una noche de placer, con danzas excitantes, con perfumes embriagadores y borrachos de luces y vino, caeremos besándonos los labios, en bélico ardor del deseo, nunca satisfecho. Quiero que seas toda mía, aquí, entre el verde follaje, entre las flores que se refriegan el polen de sus corolas; donde el río vierte melodías con el murmullo de sus aguas, donde los pájaros trinan sus amores, el sol abrasa, la brisa acaricia nuestras sienes y el espacio azul brinda su techo infinito a nuestra cámara nupcial... Te deseo aquí, donde el amor ríe y la primavera nos regala su triunfo de vida...

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