En la primavera, la tierra se
engalana en homenaje a nosotros. Juntan las flores sus tallos en besos
de pétalos; cruzan sus ramas los árboles, en abrazos largos, el rio
se desliza por su lecho, y las transparentes aguas susurran halagos
al ser besadas por sauces y juncos; revolotean amorosos los pájaros
y sus trinos, fluidos son cantos a la vida, al amor; el Sol se deshace
en llamas abrasadoras; ráfagas voluptuosas atraviesan el cielo azul,
surgiendo en los sentidos lúbricos deseos; besos y risas en orgía de faunos y ninfas surcan los aires, envueltos en perfumes
intensos, embriagadores y la Naturaleza, toda, parece agitarse en
espasmos de lujuria, en locura virginal. ¿No ha sentido tu cuerpo el
renacimiento a la vida? ¿No se estremece tu carne al soplo de la
brisa cargada de adormecedores perfumes? ¿No te agitas de deseo ante esta Naturaleza lujuriosa? ¿No? ¡Ah, si! ¿Verdad? Pues
gocemos del amor y de la vida; aspiremos la voluptuosidad en todas
sus sublimes manifestaciones; caigamos ebrios de caricias, en el mar
de la dicha; rodemos unidos por la inmensidad del espacio; paguemos
nuestro tributo al Amor, en abrazos locos, en dichas desconocidas;
adoremos a Venus y a Afrodita en su templo de placeres, y pidámosle
goces nuevos... ¡Sé mía, toda mía! quiero ver tus ojos azules,
enigmáticos, cerrarse en el placer venturoso de tu cuerpo; quiero
que tus labios rojos se unan a los míos y beber los dos el néctar
de la pasión, en las húmedas bocas; que tus brazos se enlacen a mi
cuerpo, para estrecharte fuerte, muy fuerte, como se estrechan las
fieras en luchas encarnizadas. ¡Ven, no huyas! evocaremos una noche
de placer, con danzas excitantes, con perfumes embriagadores y borrachos de luces
y vino, caeremos besándonos los labios, en bélico ardor del deseo,
nunca satisfecho. Quiero que seas toda mía, aquí, entre el verde
follaje, entre las flores que se refriegan el polen de sus corolas;
donde el río vierte melodías con el murmullo de sus aguas, donde los
pájaros trinan sus amores, el sol abrasa, la brisa acaricia
nuestras sienes y el espacio azul brinda su techo infinito a nuestra
cámara nupcial... Te deseo aquí, donde el amor ríe y la primavera
nos regala su triunfo de vida...
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