Oposición de la clase dominante

La oposición con que se encuentra un gobiernno progresista se atribuye fundamentalmente a las preocupaciones de ultraconservadores a perder sus privilegios, ante la causa legítima de la justicia social. En mi opinión, el fingido celo religioso de los hipócritas, son un pretexlo inventado por la malicia humana para frustrar las miras benéficas que hacía las sociedades han tenido alguna vez aquellos pocos gobiernos fustrados, que , atentos al clamor de la miseria pública, han intentado aliviar la desgraciada condición del hombre: social, debida a la tiranía y ambición de sus opresores. Siempre que un pueblo ha pretendido o intentado variar sus instintuciones sociales para mejorar de condición; el grito de las clases privilegiadas y en particular el clero, que tanto debe a los abusos; se ha levantado contra los legisladores que han emprendido las reformas. Unos han sido siempre los pretextos y unos los medios, de engendrar en el pueblo la funesta desconfianza que tanto perjudica a la causa pública.

Las naciones, en en cuanto un gobierno justo y liberal ha querido romper sus cadenas, en todos los pueblos del mundo., en todos, tienpos y circunstancias las clases puvilegiadas y los hombrea que han vivido en la opulencia a costa del padecimiento y miseria del pueblo, se han opuesto, por interés, no por error, a la mejora de las instituciones sociales sino porque con ellas harían mermar sus intereses. La oposición que alguna vez, manifiesta el pueblo, para, el establecimiento de alguna ley, sabia, no, debe atribuirse al error propio, si es permitido expresarse asi. Este error le ha sido inculcado por los individuos de las clases interesadas en sostener los abusos, que viéndose amenazados, y contando .con la sencillez; natural del pueblo , y más que nada.con el imperio que ejercen sobre la imaginación de los hombres vulgares ciertos fantasmas inventados por la ambición y la vanidad, para que tomen parte de los intereses de sus verdugos y olviden los suyos propios, si la masa del pueblo no tuviera esa supuesta propensión al error, nunca, en ningún tiempo le hubiera sido posible a ningún gobierno contrariar sus inclinaciones naturales.