Solo
merece ser honrado, el que viviendo en una sociedad bien ordenada,
dirige todas sus fuerzas a la conservación de ésta, a su
prosperidad y a la dicha de sus conciudadanos. No basta nacer libre,
estar bajo la influencia de leyes justas y disfrutar seguramente de
los derechos de ciudadanía, para llamarse buenos ciudadanos. Es
imposible serlo sin identificar su suerte con la de los demás, sin
dar ejemplo de virtud, de desprendimiento y de amor al prójimo.
De
poco sirve establecer leyes excelentes que aseguren la dignidad de
los miembros de una sociedad, si cada uno de ellos no se constituye
en un celoso vigilante de su cumplimiento, posponiendo a ésto todo
interés, todo resentimiento. Asi solamente impera la libertad legal.
¿Será
buen ciudadano , el que vea pisotear los derechos fundamentales, sin
tomar parte en la reparación de este desacato.
¿
Será, buen ciudadano , el que ve atropellar a otro ciudadano por el
capricho o mala voluntad de un tirano ? No por cierto: el buen
ciudadano mira la suerte de los demás como la suya propia, porque
conoce que el desafuero cometido hoy contra uno, puede convertirse
mañana contra él. De aquí la adhesión al bien común , porque
sabe que asi como éste es la suma de los bienes de todos , así
aquél es el apoyo del bien estar de cada uno en particular.
El
buen ciudadano conoce que sin los servicios de todos no se puede
conservar la patria; y por ésto es el primero que se desprende de
una parte de su fortuna para lograr aquel fin; respeta la ley y odia
al tirano; sin lo primero sabe que no es posible que haya orden;
tranquilidad y justicia; y sin lo segundo está persuadido que no
puede existir la libertad. Se interesa cordialmente en que su nacin
sea sabia, rica y valiente , porque no cabe en su corazón el
sentimiento del desprecio, del abatimiento y esclavitud en que se ven
reducidos los pueblos cuando carecen de aquellas virtudes. Para el
buen ciudadano no hay mas autoridad que la que obra con justicia,
porque sólo así puede ser legítima cualquier misión, sea de la
clase que sea.
Finalmente,
será buen ciudadano, el que encamine todas sus acciones a la
conservación de las leyes que afianzan los derechos de la seguridad
y de la libertad de los individuos; fundamentos de la prosperidad
publica, y sin los cuales las sociedades serian rebaños de ganado
dirigidos con el palo de los déspotas,
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