El mar pone a la noche a su costado
y la noche, al sentir su piel, delira.
delante de un silencio que suspira.
.
Con el claro sensual que da la luna,
tiritan las estrellas en la nada;
allí, el mar y la noche forman una
imagen de ternura improvisada.
.
Y así, por un instante íntimo y corto,
hay una oscuridad que va en aumento,
bajo un cielo que observa y queda absorto
mirando desde el Vasto firmamento.
.
Poetizar a veces me conduce
a una imaginación que me seduce.
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