(Soneto dodecasílabo)
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El ir y asomarse (sin venir a cuento)
al viejo balcón de enmiendas y agravios,
me trae el recuerdo de ásperos resabios
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Desde este balcón tan amigo , intentó
aclarar ayeres con mis mudos labios,
unas veces tontos, otras veces sabios
y todos testigos del propio momento.
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Metido en amores, bien o mal estuve,
mas se derritieron cual si fueran nieve,
dejando sus huellas al secarse el agua.
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Mis ojos se visten con lo que retuve,
se llenan de soles, junto cuando llueve
y meten las dudas dentro de su fragua.
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Fotografía y poema: Ramón Bonachí.
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