sábado, 4 de septiembre de 2021

Cante hondo (Antonio Machado)



Yo meditaba absorto, devanando

los hilos del hastío y la tristeza,

cuando llegó a mi oído,

por la ventana de mi estancia, abierta


a una caliente noche de verano,

el plañir de una copla soñolienta,

quebrada por los trémolos sombríos

de las músicas magas de mi tierra.


... Y era el Amor, como una roja llama...

?Nerviosa mano en la vibrante cuerda

ponía un largo suspirar de oro

que se trocaba en surtidor de estrellas?.


... Y era la Muerte, al hombro la cuchilla,

el paso largo, torva y esquelética.

?Tal cuando yo era niño la soñaba?.


Y en la guitarra, resonante y trémula,

la brusca mano, al golpear, fingía

el reposar de un ataúd en tierra.


Y era un plañido solitario el soplo

que el polvo barre y la ceniza avienta.

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