jueves, 2 de septiembre de 2021

Caminos (Antonio Machado)



CAMINOS

 De la ciudad moruna

tras las murallas viejas,

yo contemplo la tarde silenciosa,

a solas con mi sombra y con mi pena.


El río va corriendo,

entre sombrías huertas

y grises olivares,

por los alegres campos de Baeza


Tienen las vides pámpanos dorados

sobre las rojas cepas.

Guadalquivir, como un alfanje roto

y disperso, reluce y espejea.


Lejos, los montes duermen

envueltos en la niebla,

niebla de otoño, maternal; descansan

las rudas moles de su ser de piedra

en esta tibia tarde de noviembre,

tarde piadosa, cárdena y violeta.


El viento ha sacudido

los mustios olmos de la carretera,

levantando en rosados torbellinos

el polvo de la tierra.

La luna está subiendo

amoratada, jadeante y llena.


Los caminitos blancos

se cruzan y se alejan,

buscando los dispersos caseríos

del valle y de la sierra.

Caminos de los campos...

¡Ay, ya, no puedo caminar con ella!

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