Anoche cuando los hombres dejan de hacer
dictaduras y ruidos.
Cuando su alma de sueños sueña libre
sin la agobiante dictadura del silencio y la costumbre.
Cuando dejan de meterse en la preciosa libertad
de algunos pobres libres locos.
Cuando rinden cuentas con el sosiego del cansancio
a la avaricia, al poder, al odio.
Cuando a veces sólo acarician a sus compañeras
por no dejar de ser machos.
Cuando los cotilleos mueren en el precioso silencio.
Cuando la menguante luna, acariciando las estrellas
y a las pasajeras nubes blancas y negras,
daba libertad a la noche...
Entonces, la imitación del precioso y valiente
cantar de las Oropéndolas,
cuando entre nogales defienden a muerte
la libertad de su sangre.
Entonces... silbé con toda mi preciosa libertad
el amor junto a tu ventana.
Manolillo Chinato
No hay comentarios:
Publicar un comentario